Los pueblos medievales de Cataluña reciben cada año miles de visitantes. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que la gran mayoría de ellos están muy bien conservados y que, además, durante la visita podemos disfrutar de la estupenda gastronomía de la región.
Si eres un enamorado de la Historia y quieres conocer escenarios únicos, presta atención a los siete destinos que te vamos a recomendar en esta ocasión.
Bessalú
Bessalú es uno de lo pueblos medievales de Cataluña que más destacan. Está situado en la provincia de Girona y cuenta con un arquitectura que nos sumerge de lleno en otra época. Además, está ubicado en medio de un paisaje montañoso que hace las delicias de los visitantes, y donde también podemos encontrar una amplia variedad de senderos para disfrutar de la naturaleza.
El municipio gironense está lleno de encanto, y conforma un paisaje pintoresco que aúna como pocos belleza a Historia.
Uno de sus principales atractivos es el Puente Viejo, que data del siglo XI y está en un estupendo estado de conservación. Este puente cruza el rió Fluvià y se le considera uno de los mejores ejemplos de la arquitectura románica, y es que este tipo de arte tiene un gran protagonismo tanto en Bessalú como en toda la región de Girona.
Puedes cruzar el puente dando un agradable paseo y aprovechar para hacer unas fotografías y disfrutar de las vistas tanto del pueblo como de sus alrededores.
Continuando tu paseo, acércate hasta la iglesia de Sant Pere, edificio también románico, pero esta vez del siglo XII. Se trata de una de las iglesias más antiguas que hay por la zona, y la colección de arte de su interior consigue dejar a los visitantes con la boca abierta. Otro punto a su favor es que se puede subir a la torre, y desde las alturas tienes unas vistas panorámicas de la zona que no vas a poder olvidar.
El Call Judeu es el barrio judío de Bessalú, que ha sido totalmente restaurado y se ha convertido en uno de los principales focos de atracción turística. Prueba a perderte por sus estrechas y sinuosas calles, y disfruta del ambiente encantador que crean sus casas de piedra y sus patios interiores.
Una visita obligada es el Monasterio de San Pere de Rodes. No está propiamente en Bessalú sino a 20 kilómetros, en lo alto de una colina, pero merece la pena desplazarse hasta allí. Porque te vas a encontrar con un edificio totalmente restaurado, varios edificios monásticos que se pueden visitar, una impresionante iglesia románica y, además, unas vistas del mar Mediterráneo que es mejor no perderse.
Aunque no es muy medieval, te recomendamos que visites el Museo de Miniaturas y Microminiaturas, en el que hay replicas de monumentos y edificios reconocidos a nivel mundial en un tamaño increíblemente pequeño.
Pals
Seguimos nuestra visita por los pueblos medievales de Cataluña, pero no nos movemos de la Costa Brava. Continuamos en Girona y nos desplazamos hasta Pals. Allí vamos a poder disfrutar de playas de arena dorada y aguas cristalinas, e incluso puedes pasar una agradable jornada en su campo de golf de 18 hoyos, que está ubicado en un entorno espectacular, con vistas tanto al mar como a la montaña.
Pero lo más interesante de Pals está en su casco antiguo, donde nos esperan calles empedradas al más puro estilo medieval, edificios de piedra, y una iglesia gótica en la que el observador experto puede apreciar algunos elementos del templo románico que ocupaba su lugar con anterioridad.
La iglesia de Sant Pere de Pals fue reparada y cubierta, en parte, con las piedras del castillo que en su momento había en esta localidad. Destaca por su campanario cuadrado con arcadas de medio punto, y en el alero del tejado podemos observar una decoración pintada.
Siguiendo el paseo por el casco antiguo, llegamos hasta la Torre de las Horas, levantada en el siglo XII. Como puedes imaginar, la Torre de les Hores es una torre de reloj, y se eleva a 15 metros sobre el nivel del suelo. Si te animas a subir sus 89 escalones, tendrás una bella vista panorámica del pueblo y del paisaje circundante.
Para saber un poco más sobre la historia de la región, acércate al Museo de la Arqueología de Cataluña que, además, está ubicado en un enclave muy especial: una antigua iglesia románica.
Rupit
El siguiente pueblo medieval en esta lista se encuentra en la comarca de Osona, en la provincia de Barcelona. Rupit es un pueblo muy conocido gracias a su arquitectura medieval, que ha conservado hasta el día de hoy. Un punto a su favor es que ofrece un ambiente tranquilo y relajado que invita a disfrutar todavía más de la visita.
Sin lugar a dudas, uno de sus grandes atractivos es su castillo, construido en el siglo XII. Se trata de una de las estructuras más antiguas que podemos encontrar en este municipio, y también una de las mejores conservadas de toda la zona, gracias a un laborioso proceso de restauración. Lo mejor es que podemos saber mucho más sobre la edificación y la importancia que tuvo en su momento en la defensa de la región, porque se pueden hacer visitas guiadas.
El ambiente medieval se extiende por el casco histórico de Rupit, que cuenta con calles empedradas y casas de piedra en buen estado de conservación. Esto hace que un paseo por la zona sea como viajar en el tiempo.
Caminando por allí llegamos hasta la iglesia parroquial de San Miguel, construida en el siglo XIII con estilo románico. Eso sí, su interior ya es de estilo barroco y en él puedes encontrar interesantes pinturas al óleo y esculturas datadas en el siglo XVIII.
Si te apasiona la naturaleza, desde Rupit parten varias sendas que se adentran en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i i’Obac. Uno de los senderos más populares que puedes recorrer es el que te lleva hasta el Salto de Sallent, que es una cascada de 115 metros de altura.
Santa Pau
Muchos de los pueblos medievales de Cataluña están ubicados en la provincia de Girona. Allí justamente se encuentra Santa Pau, en la comarca de la Garrotxa. Un lugar perfecto para disfrutar del encanto y la tranquilidad de la vida rural y que, además, ha conservado con éxito su arquitectura medieval original.
Nada más llegar seguro que te llama la atención su imponente castillo. Levantado en el siglo XIII, se encuentra en lo alto de una colina y ofrece muy buenas vistas del valle. Ha sido totalmente renovado y ahora es una de las fortificaciones medievales mejor conservadas de la región. Gracias a esa labor de renovación ahora podemos visitarlo y aprender mucho más sobre la importancia que tuvo en su momento.
Caminar por las calles de Santa Pau es ir un poco a la aventura, porque no resulta complicado despistarse entre su laberinto de calles estrechas y empedradas, rodeadas de casas de piedra y con tejados de teja roja. Pero tarde o temprano acabaremos cayendo en la Plaza Mayor, que es el corazón del pueblo.
Como no podía ser de otra forma, precisamente en la Plaza Mayor nos encontramos con algunos de los edificios más importantes de Santa Pau, como la iglesia de Santa María y la Torre del Portal.
La iglesia es una construcción románica del siglo XII que destaca por su increíble campanario octogonal. Mientras que la Torre del Portal es una torre de defensa datada en el siglo XIV, y que se construyó en su momento para proteger el pueblo frente a los invasores.
Los amantes de la naturaleza también van a disfrutar de la visita a Santa Pau, porque allí se encuentra uno de los escenarios naturales más bellos de la comarca de la Garrotxa, el Fageda d’en Jordà, un gran bosque de hayas por el que se pueden realizar excursiones sin ningún peligro, porque los senderos están bien señalizados.
Castellfollit de la Roca, uno de los pueblos medievales de Cataluña más singulares
Seguimos en la comarca de la Garrotxa y ahora vamos a visitar un pueblo medieval que resulta muy singular por su ubicación, ya que se encuentra sobre una roca volcánica, y ya solo por ello bien merece dedicarle algo de tiempo para conocerlo mejor.
Como ocurre con muchos municipios de corte medieval, el orgullo de Castellfollit de la Roca es su castillo, datado en el siglo XI. Por desgracia, esta construcción fue destruída durante la Guerra de la Independencia del siglo XIX, pero todavía son visibles algunos restos como la torre del homenaje y las murallas. No te arrepentirás de acercarte a ver las ruinas, porque desde este punto apreciarás unas vistas increíbles del pueblo y de la zona circundante.
Uno de los edificios más destacados de este municipio es la iglesia parroquial, dedicada a San Salvador. Una construcción románica del siglo XIII que cuenta con una torre barroca que le fue añadida en el siglo XVIII. No te conformes con verla solo por fuera, entra y disfruta de su colección de arte sacro, conformada por objetos de gran valor histórico y artístico.
Paseando por su casco histórico, con calles empedradas y casas de piedra, nos sumergimos de lleno en lo que era la vida en la Edad Media. Y lo haremos todavía más si nos acercamos a conocer algunos de los talleres de artesanía local, donde se elaboran desde piezas de cerámica hasta cestería.
Para terminar la visita de forma relajada, nada como un paseo alrededor del río Fluvià disfrutando de los bellos paisajes de la zona.
Peratallada
Sin salir de Girona, ahora ponemos rumbo a la comarca del Baix Empordà para llegar a Peratallada, un pequeño municipio que es popular porque su centro histórico está muy bien conservado y nos permite conocer un poco mejor cómo era la vida en el medievo.
Como no puede ser de otra manera, comenzamos la visita en el castillo. Esta fortaleza de piedra se construyó en el siglo X. Tras su restauración, alberga un museo con artefactos y herramientas de la Edad Media.
Tras ver el castillo nos desplazamos al casco histórico para disfrutar del ambiente medieval que generan las calles empedradas, las casas de piedra y los arcos antiguos. Por el camino podemos parar en diferentes museos pequeños que se centran en temas específicos de la historia local, como la cerámica o la agricultura.
Otro punto de interés que no puede faltar en la ruta del visitante es la iglesia de Sant Esteve. Una iglesia románica del siglo XIII con techos abovedados, arcos de medio punto y pilares decorados. Todo un ejemplo de la arquitectura religiosa de la Edad Media.
Uno de los puntos a favor de Peratallada es que es un municipio muy tranquilo. Aunque siempre hay visitantes, en este pequeño pueblo el tiempo parece transcurrir de forma más lenta, y esto invita a disfrutar de un estilo de vida más sosegado.
Tossa de Mar
Es imposible hablar de pueblos medievales de Cataluña sin hacer referencia a Tossa de Mar. Un destino turístico muy destacado en la Costa Brava, que ha sabido conservar parte de su encantador ambiente medieval.
Su castillo del siglo XII es una de las primeras construcciones que llama la atención de los visitantes. Fue levantado para proteger la ciudad frente a los ataques de los piratas, de ahí su ubicación en lo alto de una colina y con vistas al mar. A día de hoy, está en un buen estado de conservación y es posible explorar sus torres, los patios y las murallas, así como disfrutar de unas estupendas vistas panorámica tanto del mar como del pueblo.
Rodeando el casco antiguo nos encontramos con las murallas. Es posible caminar por ellas y admirar desde allí las playas de arena blanca y aguas cristalinas. Tras un agradable paseo, y seguro que un buen montón de fotos, nos podemos dirigir al casco antiguo para conocer sus serpenteantes calles estrechas y empedradas, llenas de tiendas de souvenirs, y bares y restaurantes en los que disfrutar de la gastronomía local.
En tu paseo llegarás a la calle de Portal, y en cuanto estés allí sabrás por qué es la calle más fotografiada de todo Tossa de Mar, y es que su impresionante arcada y su fuente son difíciles de resistir.
Aquí tienes nuestras siete recomendaciones de pueblos medievales de Cataluña. Siete destinos perfectos para hacer una escapada inolvidable