11 catedrales góticas en España que tienes que visitar

Catedral de Burgos

La catedral de Santa María de Burgos es un espléndido ejemplo de estilo gótico. En 1221 se colocó su primera piedra, iniciándose la construcción del templo según el ‘nuevo’ estilo imperante en Europa que se imponía en catedrales como la de Notre Dame en París o la de Reims. La de Burgos es, por tanto, no solo una de las más bellas catedrales góticas de España, sino también una de las ‘pioneras’, considerada la primera catedral gótica de la Península.

Solo 39 años después del inicio de las obras, en 1260, se terminó la primera fase de construcción, aunque el templo se continuaría ampliando, con nuevos claustros y capillas, hasta el siglo XVIII.

Son muchos los puntos de interés de la catedral burgalesa, tanto en su exterior como en su interior, donde el gótico convive con elementos renacentistas e incluso barrocos. La fachada principal, presidida por un magnífico retablo en piedra de tres cuerpos, el bello cimborrio del crucero, en forma de estrella, la Capilla de los Condestables o la de Santa Tecla, con sus bóvedas en yesería policromada y los dos claustros, son solo algunos espacios de visita imprescindible.

Catedral de Sevilla

Su belleza y sus dimensiones impresionan, por algo es el templo cristiano gótico más grande del mundo. La catedral de Santa María de la Sede de Sevilla es Patrimonio de la Humanidad y su famoso campanario, La Giralda, es todo un emblema de la capital hispalense.

Construida en el siglo XV, en el mismo lugar que ocupaba la antigua mezquita, la catedral experimentó ampliaciones y modificaciones a lo largo de los siglos posteriores, por lo que, aunque es un ejemplo del esplendor del gótico, también reúne elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos.

Las espléndidas bóvedas góticas de la nave central, la capilla mayor, presidida por un imponente retablo de más de 30 metros de alto, la sillería del coro gótico – mudéjar y las solemnes puertas, labradas en piedra que adornan la fachada, como la Puerta del Perdón o la de la Asunción son solo algunos de los elementos que despiertan máxima admiración. Pinturas, esculturas, vidrieras, tapices, obras de orfebrería… el patrimonio artístico de la catedral de Sevilla merece una visita detenida, terminando el recorrido de la mejor manera posible, contemplando la armonía que desprende su bello Patio de los Naranjos.

La catedral de Sevilla es el templo cristiano gótico más grande del mundo

Catedral de Cuenca

La catedral de Santa María y San Julián de Cuenca es un claro ejemplo de la transición del románico al gótico. Su construcción se inició en el siglo XII, aunque no quedó finalizada hasta el XIII. Tras distintas reformas y ampliaciones, la catedral quedó formada por planta de cruz latina de tres naves y doble girola. Su aspecto actual es consecuencia de la última reforma, hecha en los inicios del siglo XX tras el desplome de la torre de las campanas. Se considera que está inconclusa.

El templo se alza sobre una escalinata que da aun más presencia a su poderosa fachada principal, dividida en dos cuerpos, uno inferior, con elementos clásicos del gótico como los arcos rematados con arquivoltas, y uno superior donde destaca el rosetón central. Ya en el interior, las sorprendentes vidrieras abstractas, las imponentes bóvedas, la Capilla del Sagrario y el claustro son algunos de los puntos de máximo interés.

Catedral de Toledo

Entre los numerosos monumentos de visita obligada en la Ciudad Imperial, la catedral de Santa María de Toledo no puede faltar al estar considerada unas de las obras cumbre del gótico en España. Comenzó a edificarse en 1226 y sus cúpulas quedaron concluidas en la época de los Reyes Católicos.

Sus enormes dimensiones (más de 120 metros de largo) y el extraordinario juego de luces que crean las vidrieras de sus ventanales, hace que resulte un templo especialmente bello.

La catedral primada está compuesta por cinco naves, siendo la central más ancha y alta que las laterales. Del exterior destacan, los distintos conjuntos escultóricos, un verdadero catecismo en piedra, especialmente, La última Cena, representada en la fachada principal, del siglo XVIII y estilo barroco.

 Son muchos los tesoros que la catedral de Toledo guarda en su interior: Las distintas capillas, con obras de arte de la pintura, escultura u orfebrería, el retablo mayor o el magnífico transparente, obra de Narciso Tomé, que ilumina con luz natural la pequeña capilla tras el retablo mayor, son solo una pequeña muestra.

Catedral de León

Construida en el siglo XII sobre lo que fueran primero unas antiguas termas romanas y siglos después, el palacio del rey Ordoño II, la catedral de León se un soberbio ejemplo de gótico francés y un maravilloso ejemplo del arte de las vidrieras policromadas.

Esbelta y luminosa posee 737 coloridas vidrieras (siglos XIII – XX), algo que ha hecho que se la conozca como la catedral ‘sin paredes’. La Pulcra (hermosa) Leonina, cuenta con dos torres góticas de más de 60 metros de altura que, como curiosidad, no son exactamente iguales al ser construidas y finalizadas en periodos históricos distintos.

Además, toda la fachada destaca por la presencia de delicadas esculturas talladas en piedra entre las que sobresalen la imagen de la Virgen Blanca (una copia de la original que está en el interior) o las que se aprecian en la Portada del Juicio o en la Portada del Apocalipsis. La sillería del coro de la catedral es una de las bellas y antiguas de España.

Catedral de Palma de Mallorca

A orillas de la bahía de Palma, se alza esta la Seu de Mallorca, un magnífico templo cuya construcción se inició en el siglo XIII, inconfundible en el horizonte con los arbotantes y los pináculos góticos de sus torres. La catedral no estuvo terminada hasta el siglo XVIII y hasta el pasado siglo XX, ha experimentado distintos cambios, los últimos la remodelación hecha por el arquitecto Antoni Gaudí y los trabajos del pintor Miquel Barceló en la Capilla del Santísimo.

La catedral es Monumento Histórico Artístico, ejemplo del gótico levantino y en ella destaca su nave central, de sorprendente altura, y el gran rosetón (casi 150 metros cuadrados) de su fachada principal. Desde las terrazas de la catedral, que se pueden visitar, las vistas resultan espectaculares.

Catedral de Ávila

Aunque no se sabe la fecha exacta del inicio de su construcción, se considera una de las primeras catedrales góticas de España, ya que reúne las características del gótico primigenio. Es del siglo XII, aunque no quedó terminada hasta el XVI y el proyecto se atribuye al maestro Fruchel. En la catedral se aprecia el paso del románico al gótico y su evolución arquitectónica posterior. Por fuera, es austera, con aspecto de templo – fortaleza, en cambio en su interior la verticalidad y ligereza del gótico más puro cobran protagonismo.

La Puerta Norte o de Los Apóstoles, la capilla mayor y el retablo de su altar, la girola que da paso a nueve capillas y que es uno de sus elementos más antiguos y bellos, el claustro y las magníficas vidrieras son algunos de los puntos más interesantes que no hay que perderse en el recorrido por la catedral en la que descansa en ex presidente del Gobierno de España Adolfo Suárez.

La catedral de Ávila es un magnífico ejemplo de transición del estilo románico al gótico

Catedral de Oviedo

En pleno corazón del casco antiguo ovetense, se alza la Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo, un templo gótico que, como detalle diferenciador, cuenta con una sola torre.

La iglesia se edificó en el siglo XIII, en el mismo lugar donde existía un conjunto catedralicio prerrománico, y no estuvo completamente terminada hasta el siglo XVII con la anexión de las últimas capillas laterales, algo que explica la presencia de estilos arquitectónicos diversos.

La también llamada Santa Ovetensis guarda numerosas obras de arte y también reliquias de gran valor, especialmente en su Cámara Santa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

No te puedes perder contemplar el espléndido retablo mayor, la Capilla del rey Casto, el claustro, el pórtico, de tres cuerpos, y por supuesto la torre gótica que contempla Oviedo.

Catedral de Segovia

De estilo gótico tardío, en el que ya se aprecian detalles renacentistas, la llamada Dama de las catedrales eleva sus bellos pináculos adornando la Plaza Mayor de Segovia.

Construida entre los siglos XVI y XVIII, con tres naves y un ábside semicircular con girola, el templo es un magnifico conjunto arquitectónico en el que destacan especialmente las esculturas de la Puerta del Perdón y la Puerta de San Frutos, patrón de la ciudad.

Atención merece también el ábside, que linda con la antigua judería y cuya cúpula está protegida por esbeltos arbotantes y pináculos representativos del gótico florido.

En su interior, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos deslumbra por la grandiosidad de sus dimensiones y la extraordinaria luz que se cuela por sus vidrieras. El retablo mayor, el claustro y las valiosas pinturas y esculturas que albergan sus 18 capillas son algunos de sus tesoros por descubrir.

Catedral de Pamplona

Aunque su fachada oeste es de estilo neoclásico, obra de Ventura Rodríguez, la Catedral de Santa María la Real de Pamplona es un ejemplo de arquitectura gótica, especialmente si nos fijamos en su claustro, una verdadera joya del siglo XIV y uno de los claustros más bellos de toda Europa.

Inmersa en el casco antiguo y flanqueada por dos torres, en una de las cuales está la campana María, la segunda más grande de España, con 12.000 kilos de peso, la catedral es el cuerpo central del conjunto catedralicio del que tambié forman parte el palacio arzobispal.

La estética gótica predomina en las naves, bóvedas y capillas interiores, donde se encuentra el sepulcro de Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Castilla.

Catedral de Girona

En lo más alto del casco antiguo de la ciudad de alza la bella catedral de Girona consagrada a Santa María. Lo primero que llama la atención en su interior es la anchura de su nave central, ya que es el espacio gótico abovedado más ancho del mundo con sus 23 metros.

En conjunto, la catedral presenta una arquitectura ecléctica, con elementos propios del románico, predominante en su claustro, hasta el barroco, presente en su exquisita fachada principal. El motivo es que su construcción se inició en el siglo XI y no quedó finalizada hasta el XVIII.

El espectacular retablo del altar mayor, una obra de arte de orfebrería, los capiteles del claustro, con escenas bíblicas o el famoso Tapiz de la Creación son algunos de los tesoros artísticos que guarda la catedral gerundense.