Los cinco picos más altos de los Pirineos

El Pirineo es una extensa cordillera rocosa, frontera natural entre España y Francia, en la que hay más de 200 cumbres que superan los 3.000 metros de altitud. Entre hermosos valles, de rica flora y fauna, salpicados de localidades que rebosan encanto, los tresmiles se alzan en imponentes macizos, que suponen un reto apasionante para los amantes de la montaña.

En un paisaje natural extraordinario, cada año, senderistas y escaladores intentan conquistar las imponentes cimas, en una aventura única que permite, tras el esfuerzo, la recompensa de casi tocar el cielo. Los picos más altos de los Pirineos se concentran en el macizo Maladeta – Aneto y si te apetece vivir una experiencia irrepetible, prepárate adecuadamente y comienza el ascenso por estas imponentes cinco montañas.

Aneto

Con sus 3.404 metros, el monte Aneto es la cima más alta de los Pirineos. Se encuentra en la cabecera del valle de Benasque, en Huesca, como espléndido icono del Parque Natural Poset – Maladeta.

 El Aneto, tercera montaña más alta de España, después de El Teide, en la isla canaria de Tenerife y el Mulhacén, en Sierra Nevada (Granada), guarda el mayor glaciar de los Pirineos. Pese a estar en retroceso por el cambio climática, el impresionante glaciar aún tiene cerca de 100 hectáreas de superficie que hay que atravesar para coronar la cumbre.

El ascenso hasta la cima implica disfrutar de vista impresionantes a medida que se gana altura. Además, se puede apreciar con claridad cómo cambia el paisaje y el ecosistema, en especial la vegetación autóctona, que va desde los bosques de abetos y fresnos, presentes en la base de la montaña, hasta los resistentes líquenes, únicos ‘supervivientes’ en las zonas más altas.

El ascenso del Aneto requiere una buena preparación física, experiencia en la montaña y equipo adecuado que incluya crampones y piolet para poder cruzar el glaciar. Aunque hay distintas rutas, una de las más frecuentadas es la que parte del el refugio de la Renclusa, asciende hasta la zona de los Portillones y desde aquí hasta el glaciar. Una vez superado, hay que cruzar el llamado Paso de Mahoma, el tramo más peligroso del recorrido y, una vez superado, alcanzar la cima para sentirte en el techo del mundo.

Pico Posets

El pico Posets es la segunda cima más alta de los Pirineos desde la que contemplar vistas espectaculares de la magnífica cordillera al elevarse majestuosa entre las cumbres que la rodean.

Fácilmente reconocible por su silueta en forma de trapecio se encuentra en la zona norte de Huesca, enmarcada en el parque Natural Posets – Maladeta. La también llamada Punta Llardana ofrece una ruta de alta montaña con marcado desnivel y con numerosos atractivos, entre los que destacan los lagos de origen glaciar o ibones.

El Aneto, el Pico Posets, la Punta de Astorg, el Pico del Medio y Monte Perdido son las elevadas cimas que forman la corona pirenaica

La ruta de ascenso hacia e Posets parte de la localidad de Eriste y del cercano parking de Espigantosa desde donde, en poco más de dos hora, se llega al refugio de Ángel Orús. Este primer tramo de trayecto es una delicia para senderistas al  sorprender con sus densos bosques salpicados de cascadas y saltos de agua. A medida que se asciende. es fácil divisar alguna de las marmotas que habitan en esta zona. Ya en la cima, la vistas panorámicas desde la soberbia montaña, que permiten contemplar los valles de Chistau, Estós y Eriste, hacen que el esfuerzo merezca la pena.

Punta de Astorg

También en el municipio de Benasque, la punta d’Astorg, con una altura de 3354 metros sobre el nivel del mar, destaca como uno de los montes más impresionantes de los Pirineos. En el macizo de la Maladeta, en la llamada Cresta del Medio, se encuentra este escarpado pico siempre difícil de coronar solo apto para expertos escaladores.

Para coronar la punta, se puede seguir la ruta existente a través del Collado de Coronas y desde aquí iniciar el ascenso hacia la cresta de la Cregüeña como primer paso. Los bloques de granito y los neveros dan forma a un paisaje  tan bello como exigente, que lleva finalmente a coronar uno de los tresmiles pirenaicos más agrestes y difíciles de conquistar.

Monte Perdido

En el Pirineo central y dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) se encuentra el macizo calcáreo de mayor altura de Europa, que se eleva rodeado de cuatro valles y en el que está el mítico Monte Perdido. Es la cima más elevada del macizo y se encuentra acompañada de dos piscos de menor altura: Cilindro y Añisclo. Los tres vigilan los valles rodeados de misterios y leyendas.

La excursión a la zona invita a recorrer, en primer lugar, los mil bellos rincones que guarda Ordesa, donde disfrutar de bosques y saltos de agua y cascadas como la famosa cola de caballo. Además, para los amantes de la montaña resulta irresistible intentar alcanzar la cima del Monte Perdido, a 3348 metros de altitud, generalmente iniciando la subida por la vertiente sur, la más sencilla.

La pradera de Ordesa y la pequeña localidad de Torla son generalmente los puntos de partida que llevan hasta el refugio de Goriz, punto de partida perfecto para iniciar el ascenso.

Alcanzar la cima implica superar tramos de dificultad alta, como la zona llamada La Escupidera, una impresionante pendiente de más de 300 metros especialmente peligrosa en invierno por las nieves que cubren el camino a la cima. Las vistas desde el Monte Perdido son de las que no se olvidan.

Pico del Medio

En la zona central del Macizo de la Maladeta se encuentra otra de las majestuosas cimas del pirineo aragonés, un desafiante pico de roca granítica que parece rozar el cielo.

Con sus 3.346 metros llegar a esta cumbre solo está al alcance de expertos montañeros, ya que, se trata de una cima escarpada con nieve constante durante todo el invierno. Desde aquí se contemplan, a vista de pájaro, las grades cumbres pirenaicas, incluyendo la del cercano Aneto o la nada despreciable cima del Pico Coronas, otro tresmil que forma parte de la espectacular corona pirenaica.