Los romanos fueron los encargados de extender por todo el Mediterráneo estas obras de ingeniería que nacieron, en realidad, de la mano de las civilizaciones de Oriente Medio.
A lo largo y ancho de la geografía española, se pueden contemplar importantes vestigios de aquella época en la que, el territorio de la península Ibérica, era conocido como Hispania. Los acueductos son algunos de estos testimonios arquitectónicos monumentales que, los romanos, dejaron para la posteridad.
A continuación, hacemos un recorrido por los 7 acueductos romanos mejor conservados en España.
Acueducto romano de Segovia
No podíamos empezar esta lista con otro ejemplo más representativo. El acueducto de Segovia no es solo uno de los monumentos romanos más famosos y reconocibles sino, también, la obra de ingeniería civil de la antigüedad mejor conservada.
Los especialistas todavía tienen sus dudas a la hora de establecer la fecha de construcción del acueducto, oscilando entre el siglo I y el siglo II. La finalidad de esta monumental obra era la de abastecer de agua a la ciudad, trayéndola desde la Sierra de Guadarrama.
El acueducto romano de Segovia es la obra romana de ingeniería civil mejor conservada de toda la Península.
El acueducto, con sus más de 16 kilómetros de largo, 167 arcos y 120 pilares, estuvo en funcionamiento hasta el siglo XX. Los últimos trabajos de restauración han incluido un canal de plomo, reversible, encajado en su antiguo cauce, para evitar que el agua pueda penetrar en los sillares, ocasionando daños e incluso roturas por el hielo.
Acueducto romano de Sexi Almuñécar, Granada
La localidad de Almuñécar, en Granada, cuenta con una dilatada historia.
Si bien su origen estuvo ligado a los fenicios, fueron los romanos quienes dieron un importante impulso a la ciudad, construyendo infraestructuras tan importantes como las termas, el foro o el acueducto.
El acueducto de Sexi, antigua Almuñécar, data del siglo I d.C. y es una de las obras de ingeniería romana más completas de Andalucía.
Construido en el siglo I d.C., abastecía de agua a la ciudad de Sexi, la antigua Almuñécar, desde Jete hasta la costa. A día de hoy, es uno de lo que se conservan más completos de Andalucía. Se encuentra divido en cinco tramos y cuenta con una longitud de siete kilómetros de conducciones.
Acueducto romano de Les Ferreres, Tarragona
También conocido como El Puente del Diablo, el acueducto romano de Les Ferreres, en la antigua Tarraco, sigue impactando a todo aquel que lo contempla.
Su origen se sitúa hacia el siglo I d.C. y conducía el agua desde la actual localidad de Puigdelfí hasta la capital de provincia de la Tarraconensis. Mide más de 200 metros de largo y se alza a 27 metros de altura.
El acueducto de la antigua ciudad romana de Tarraco es una espectacular obra de ingeniería civil levantada en época del emperador Augusto.
Presenta dos pisos de arcadas superpuestas: la hilera inferior cuenta con once arcos, de altura variable para adaptarse al terreno, mientras que, la hilera superior, presenta 25 arcos uniformes que sirven de base al canal de conducción del agua.
Acueducto romano de los Miagros, Mérida
La importancia de la antigua ciudad romana de Emérita Augusta se reflejó en la monumentalidad de las obras que levantaron los romanos.
Su famoso teatro, el anfiteatro, un espectacular circo, con capacidad para 30.000 espectadores o la conocida como Casa Mitreo, una residencia señorial en la que, todavía hoy se pueden admirar los restos de mosaicos y frescos, son solo algunos ejemplos que nos hablan de la relevancia de la que fuera capital de la Lusitania.
La antigua ciudad de Emérita Augusta estuvo dotada de monumentales construcciones e infraestructuras como el teatro o el acueducto.
El acueducto romano de Mérida abastecía a la ciudad trayendo el agua desde el popular embalse de Proserpina. De aquí arrancaba esta construcción, extendiéndose a lo largo de 12 kilómetros. Su arquería más fotografiada en la ubicada sobre el río Albarregas.
Acueducto romano de Peña Cortada, Calles, Valencia
La Comunidad Valenciana y, más concretamente, los municipios de Tuéjar, Calles, Chelva y Dueño, aguardan una espectacular obra romana: el acueducto de Peña Cortada, una obra de ingeniería del siglo I d.C.
Se trata de uno de los acueductos más relevantes del país por lo espectacular de su ubicación en el barranco de la Cueva del Gato. Se alza a 33 metros de altura y tiene una longitud de 36 metros, suficiente para salvar esta impresionante caída.
El acueducto romano de Peña Cortada es uno de los más relevantes de todo el país por su impresionante ubicación en el barranco de la Cueva del Gato.
Algunas teorías sostienen que, el acueducto original, contaba con un trazado de casi 100 kilómetros, dado que llegaba a abastecer a la ciudad de Valencia. Este acueducto forma parte de una ruta de senderismo, la cual se inicia en Chelva, uno de los puebles más bonitos de la provincia de Valencia.
Acueducto romano de la Rambla de Carcauz, Almería
La Rambla de Carcauz se extiende a lo largo de los términos municipales de Vícar y Félix. Entre ambos, discurre un sistema de acueductos y acequias, de origen romano, que servían como riego para las tareas agrícolas.
Tres son los acueductos que forman parte de este itinerario: el Acueducto por rematar, llamado así porque se encuentra inacabado; el Acueducto de un solo vano, que solo conserva los estribos; y el Acueducto de los veinte ojos, el de mayores proporciones.
La Rambla de Carcauz cuenta con un complejo hidráulico que consta de 3 acueductos y acequias de origen romano.
El acueducto de los Veinte Ojos, llamado así por el número de vanos que posee, es uno de los más importantes de la península Ibérica y constituye el tramo más representativo del complejo hidráulico. El motivo de su construcción fue superar una amplia cañada.
Acueducto romano de San Lázaro, Mérida
Este acueducto es uno de los tres que se construyeron para abastecer de agua a la ciudad romana de Mérida: Emerita Augusta.
Muy próximo a las inmediaciones de los restos del circo romano, pueden contemplarse tres imponentes pilares de una construcción que llegó a medir más de un kilómetro.
El acueducto romano de San Lázaro fue uno de los tres que se construyeron para abastecer de agua a la antigua ciudad de Mérida.
Junto a estos vestigios del acueducto original, se halla el que se erigió siglos después, concretamente en el siglo XVI, que aprovechó los materiales y tramos de la construcción romana. Este segundo acueducto se conoce como Rabo de Buey.